lunes, 15 de julio de 2013

Paizo y Pathfiner, una editorial y un juego inclusivos.

Como sabéis, uno de mis vicios frikis es jugar a rol.  Hay algo que me atraer en ello y no puedo describir muy  bien.  Quizás sea siempre me ha gustado interpretar personajes, o que me gusta la literatura fantástica.  También puede que sea que el mundo real (tm) es un sitio hostil y la imaginación siempre es un buen refugio.  El caso es que de un año a esta parte he estado jugando con una relativa frecuencia a Pathfinder, un juego de la editorial Paizo

Una de las primeras cosas que más me gustó del manual principal (Core Rulebook) es que, pese a que los juegos de rol suelen ser bastante inclusivos en cuanto a género (en inglés usan el pronombre 'she' con mucha frencuencia) en éste me pareció que iban un paso más allá.  Al presentarnos las distintas clases a las que podemos optar, el juego va alternando "arquetipos" masculinos y femeninos.  Uno de los clásicos es el Paladín: defensor de la verdad, la justicia y la ley allá donde vaya.  Es el epítome del guerrero de la brillante armadura y valores.  Y en Pathfinder aparece una mujer de raza negra vestida con una flamante armadura.  También son femeninas las representaciones del bárbaro, clérigo, pícaro, druida y hechicero (uso el masculino con genérico, espero que me perdonéis).  La clériga, Kira, es de piel tostada (no sabría decir si árabe o latina) y la hechicera parece tener rasgos orientales.  Con los chicos un poco lo mismo, siendo el monje claramente árabe.  En las razas no humanas no entro porque ahí ya es todo fantasía.

Seehla, paladín de la diosa Iomedae

Otro detalle que me llamó la atención es que, fiel a la tradición rolera de fantasía, el mundo está lleno de templos a dioses cuya existencia no es cuestión de fe: existen y se manifiestan a través de sus clérigos y devotos.  En la mayoría de juegos basados en Dungeons & Dragons hay deidades arquetípicas de cada alineamiento, y normalmente el alineamiento Legal-Bueno (Obediencia, bondad, protección, ley) suele ser masculino (Tyr y Torm en los Reinos Olvidados, Paladine en Dragonlance, Pelor en Greyhawk).  Sin embargo en Golarion, el mundo de Pathfinder, ese nicho lo ocupa una diosa: Iomedae.

Y la guinda que ha hecho que este juego me parezca más interesante aún es la inclusión de personajes abiertamente gais y lesbianas.  La primera lo vi tuve que leer varias veces el texto, por si lo había interpretado mal (los originales están en inglés, aunque Devir va a sacar este año una versión traducida).  Tras asegurarme de que estaba leyendo correctamente, vi la historia de un grupo de aventureros formado por un guerrero, su hermana cuya clase no recuerdo, una oráculo halfling (una especie de clériga que sirve más a un ideal que a una deidad en concreto) y un mago humano.  Se deja caer que la hermana del guerrero hizo algunos intentos de acercarse al mago pero éste sólo tenía ojos para el guerrero.  Y el guerrero para él.  Ambos tienen una relación abiertamente homosexual, pese a que la hermana lo critique y no lo apruebe.

Además, según me dice un compañero del rol de los martes, Kira (el arquetipo icónico del clériga cuya representación podemos ver en el libro de reglas) es también lesbiana.  ¡Olé por Paizo!  Es muy valiente escoger a uno de los personajes icónicos, que suponen un ejemplo de cómo se hace un personaje y de sus motivaciones, y hacerlo no heterosexual.

Kira, clériga de Sarenrae

En palabras de uno de los diseñadores de Paizo: ¿Por qué un personaje no heterosexual?  ¿Y por qué no?  Este juego no sólo es de matar monstruos y obtener su tesoro.  Es también sobre la obtención de logros, llegar a conseguir lo que se quiere.  ¿Y por qué no querer ser uno mismo?  ¿No es un objetivo en sí mismo la felicidad y las aventuras un medio para obtenerla?

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